Para THREELINE la búsqueda de un producto versátil y con diferentes accesorios de instalación era un reto para este nuevo catálogo. Y ¡Se ha conseguido!
Con el nuevo downlight BOSTON, podrás disponer, en un único producto, de diferentes opciones adaptables de control, de forma sencilla.
Este downlight, que está disponible en 10W, 20W, 28W, 35W y 45W, y en las tres tonalidades de color (5700K, 4000K y 3000K), con UGR<19 e IP64 una vez instalado.
Todo ello, viene abalado por un control técnico exhaustivo que proporciona al producto una garantía de 5 años, asegurando el funcionamiento y características del producto.
Alimentado por driver externo, el producto puede ser regulado de forma opcional, mediante regulación 0/1-10V, PUSH, DALI, CASAMBI y añadir Sensor de Movimiento, Sensor de Luminosidad y Kit de Emergencia.
Éste es un resumen de las características técnicas más reseñables del producto. Pero cuando tratamos las diferentes posibilidades de acabados exteriores, podemos obtener, en un mismo producto (un downlight redondo de empotrar) un acabado cuadrado mediante al cambio del aro embellecedor exterior, e incluso adaptarlo a un accesorio para que este producto se convierta en un downlight de superficie. También con el cambio de color, ya que los accesorios están disponibles en blanco y en negro. Puedes ver el vídeo a continuación y comprobarás lo sencillo que es el cambio de los accesorios entre ellos.
¿Qué más se puede pedir?
¿Qué adapte la tonalidad de la luz a lo largo del día?
¡Pues sí, esto también es posible!
Ya que, el modelo BOSTON se puede elegir en versión SMART, que además de todas las características anteriormente comentadas, el producto ofrece las tres tonalidades de luz controladas de forma inalámbrica mediante una aplicación, pudiendo programar el cambio de tonalidad de la luminaria y adaptándose a la especificación HCL: Human Centric Lighting.
Los ritmos circadianos regulan los cambios en las características física y mentales que ocurren en el transcurso de un día en el ser humano. Responden a la luz y oscuridad del ambiente en que se desenvuelve un organismo, ejemplo de ello es el dormir por la noche y estar despierto durante el día.
El cuerpo se mueve al ritmo de la luz, por ello es muy importante adatar la luz artificial a estos ciclos consiguiendo un equilibrio ante la productividad y la relajación acorde al espacio.
Mediante protocolos de gestión de la iluminación, es posible simular en un espacio cerrado el ciclo circadiano de la luz (variación de la temperatura de color) y, por tanto, mejorar la calidad de vida. Tiene muchos beneficios como, por ejemplo; aumentar el potencial de la productividad, el efecto positivo de la calidad del sueño, reducir el estrés, el insomnio, la depresión y algunas enfermedades.
Estos conceptos están orientados al bienestar de las personas vinculado a la iluminación de los espacios, y con nuestro downlight BOSTON, conseguirás un producto con centrado en el ser humano.